En Granada hay muchas cosas que te roban el corazón: las vistas desde el Albaicín, las tapas con cerveza fría, la Alhambra al atardecer… y un dulce pequeñito, jugoso y con nombre de Papa. Sí, hablamos del pionono. Si no lo has probado, estás tardando. Y si ya lo conoces, sabes que una parada en Santa Fe vale la pena solo por este bocado.
📜 Un poco de historia (con sabor)
El pionono nace en Santa Fe, un pueblo a pocos minutos de Granada, a finales del siglo XIX. Lo creó Ceferino Isla, un pastelero devoto que quiso rendir homenaje al Papa Pío IX (Pío Nono, en italiano). ¿Y cómo lo hizo? Pues inventando un pastelito redondo, pequeño, fácil de comer en un bocado… y con corona de crema tostada, como si llevara solideo.
Desde entonces, el pionono ha pasado de ser un dulce devocional a convertirse en símbolo granadino. No hay evento familiar, visita a Granada o café con encanto sin su bandejita de piononos en la mesa.
Lo curioso es que el nombre del Papa no solo inspiró la forma del dulce, sino también el número. Los piononos están pensados para comerse de uno en uno. No es un pastel de porciones, sino una joya individual. Pequeño, humilde y contundente. Como muchos buenos sabores granadinos.
🍮 ¿Qué lleva un pionono?
El pionono clásico es sencillo pero potente:
- Base de bizcocho muy fino y empapado en almíbar, que le da ese punto jugoso y adictivo.
- Relleno de crema ligera, suave pero con personalidad.
- Corona de crema tostada que le da ese sabor caramelizado único.
Se come de un solo bocado, aunque los más golosos no pueden evitar repetir. Es pequeño, elegante y con más historia que muchos postres de restaurante caro.
La receta es tradicional, pero algunas pastelerías han comenzado a experimentar con variaciones modernas: piononos con crema de café, con chocolate, con fresa, con licores… Aunque el original sigue siendo el rey, estas versiones dan juego y atraen a los más curiosos.
📍 ¿Dónde se comen los mejores piononos?
- Casa Isla (Santa Fe y Granada capital): la original, la de siempre. Tienen varios locales y nunca fallan. Crujiente por fuera, suave por dentro. Si quieres el pionono real, empieza aquí.
- Pastelería López-Mezquita (centro de Granada): piononos artesanos, algo más dulces, perfectos con café.
- La Crème de la Crème (Realejo): versión moderna y muy bien cuidada. A veces incluso los reinventan.
☕ Tip de experto: acompáñalo con café solo o con leche. El contraste con la crema tostada es puro vicio.
En Santa Fe, además, es típico comprarlos para llevar en cajas de seis o doce unidades, y es el regalo estrella cuando visitas a alguien en Granada. Si preguntas a cualquier granadino qué llevar a casa de su madre… piononos casi siempre está en el top 3.
🎁 ¿Y si quieres llevarte piononos a casa?
Muchos viajeros lo hacen. Vienen en cajas de cartón firmes, se conservan bien y son regalo gourmet garantizado. Eso sí, mejor comprarlos el mismo día que viajas, y no dejarlos al sol. Hay incluso piononos congelados para hornear en casa (aunque no es lo mismo, claro).
Una caja de piononos bien envuelta puede durar un par de días fuera del frigorífico, pero lo ideal es guardarlos en frío y consumirlos en 24 horas. La textura del bizcocho cambia con el tiempo, y su punto justo es cuando aún están jugosos.
🤫 Curiosidades que pocos conocen
- En Santa Fe hay un monumento al pionono. Sí, una escultura al pastelito.
- No existe otro pionono igual en España, aunque hay dulces parecidos en Argentina y Perú… con nombres, formas y sabores muy distintos.
- El pionono ha llegado a Japón gracias a la repostería española de autor. Lo han versionado con té matcha.
- En Granada hay incluso helado de pionono, y algunos restaurantes lo usan en postres como base de tartas o semifríos.
¿Vale la pena ir a Santa Fe solo por un pionono?
Rotundamente sí. Está a 15 minutos en coche o bus desde el centro de Granada, y el plan no puede ser más redondo: paseas por un pueblo histórico, tomas café tranquilo y te comes un pionono recién hecho. No hace falta más para justificar la excursión.
Además, Santa Fe tiene su propio encanto: plazas tranquilas, restos históricos del tiempo de los Reyes Católicos y buena gastronomía. Así que puedes combinar la parada dulce con una comida tradicional o una copa en una terraza con sombra.
Un final dulce para cualquier día en Granada
Granada se saborea por muchas cosas, pero si quieres rematar bien un paseo, una comida o un día de turismo, el pionono es ese bocado perfecto que dice “estás en el sur, y aquí se come con alma”.
Así que ya sabes: no te vayas sin probarlo. Porque en Granada, lo pequeño también deja huella.